La señal y otros relatos
VÍCTOR ANDRESCO 26/02/2011
Que su calidad y potencia hayan convertido en indiscutibles a Tolstói o Dostoievski no palía la injusticia con que el olvido ha devorado a otros grandes narradores. El caso de Vsévolod Garshin (1855-1888), ahora recuperado, tiene la ventaja de acercarnos a una obra singular en la que se codifican algunas claves de la sociedad zarista y nos permite comprender mejor un fenómeno que ha dado hitos universales de la novela y el cuento pero que, lejos de ser espontáneo, obedece a una peculiar circunstancia histórica y cultural. Este rescate viene a rellenar una laguna que el lector español no cubría desde los años veinte, cuando ediciones populares como la 'Colección Universal' de Calpe lo dieron a conocer, como bien señala Mainer, muy parcialmente y bajo las transcripciones afrancesadas Garchin y hasta Garchine. La antología que nos ocupa reúne tres elementos esenciales que la convierten en un buen libro: una traducción fluida, una selección cabal y un prólogo informativo y estimulante que incita a la lectura y facilita la comprensión de un momento irrepetible de la cultura rusa del siglo XIX. Nacido en Járkov (Ucrania), petersburgués entusiasta y curtido en la guerra ruso-turca de 1877, Garshin conoció bien la violencia, el sometimiento de la vida castrense y la locura, encriptando en sus cuentos -todos distintos y ajenos a las modas literarias- algunos secretos fundamentales sobre la gran aventura de la prosa. Como en 'La flor roja', dedicado a la memoria de Turguénev, aquí encontramos la materia prima que sirvió de base a la literatura redentora: un lugar en el que la espiritualidad lucha contra la obscena injusticia imperante mientras los atavismos que mantienen el atraso secular del pueblo se ven amenazados por la tímida pero iluminada misión de la palabra. Que Garshin, miembro de una estirpe de suicidas, se tirase por el hueco de la escalera a los 33 años no resta un ápice de brío a su fe en la literatura. Leerlo ahora ayuda a entender mejor a los Gógol o Chéjov que se aferraron a la pluma para conjurar el destino de una Rusia construida sobre el dolor, el fatalismo, los delirios de grandeza y una fructífera propensión al mito.
La señal y otros relatos
Vsévolod Garshin
Traducción de Sara Gutiérrez
Prólogo de José-Carlos Mainer
Contraseña. Zaragoza, 2010
251 páginas. 18,90 euros
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