Umbrío por la pena, casi bruno,
porque la pena tizna cuando estalla,
donde yo no me hallo no se halla
hombre más apenado que ninguno.
Sobre la pena duermo solo y uno,
pena es mi paz y pena mi batalla,
perro que ni me deja ni se calla,
siempre a su dueño fiel, pero importuno.
Cardos y penas llevo por corona,
cardos y penas siembran sus leopardos
y no me dejan bueno hueso alguno.
No podrá con la pena mi persona
rodeada de penas y cardos:
¡cuánto penar para morirse uno!
sábado, 30 de octubre de 2010
POESÍA. "Umbrío por la pena...", de Miguel Hernández (nacido en Orihuela, Alicante, el 30 de octubre de 1910)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario