domingo, 3 de octubre de 2010

PRENSA CULTURAL. Noticia de teatro: "Cinco horas con Mario", de Delibes

Natalia Millán. Foto: David Ruano ("El País")
En "El País":
Natalia Millán releva a Lola Herrera ante el ataúd de Mario


E. S. 02/10/2010

Carmen Sotillo, la clasista y despechada viuda de Cinco horas con Mario que reprocha a su marido las estrecheces vividas, necesitaba un lifting. Tres décadas después del estreno, Lola Herrera no podía seguir dando vida a una mujer en los cuarenta. Delibes, su autor, pidió al productor un recambio de gran valía artística pero "sin relumbrón". Y la elegida ha sido Natalia Millán, que abandona las series y los musicales (Cabaret y Chicago) para convertirse en Menchu bajo las órdenes de Josefina Molina. Millán se sabe ante el toro más grande de su carrera: por su hora y media sola ante un féretro; el historial de éxito desde 1979, y las inevitables comparaciones. El jueves, en su estreno, el teatro 'Calderón' de Valladolid se puso en pie. Emocionó en la casa de Delibes, que desde marzo llora a su escritor.

A continuación, podemos leer un fragmento de la novela:
El reino de los cielos es semejante a un rey… qué rey ni qué niño muerto, una cosa que me he preguntado mil veces, Mario, cariño, si a ti la Monarquía no te daba frío ni calor, ¿a santo de qué armaste el trepe que armaste con Josechu Prados? Porque no me digas a mí, que a Josechu, a bueno, no le gana nadie, de una familia de aquí, de toda la vida, figúrate los Prados, conocidísimos, que hizo la guerra en primera línea, honrado a carta cabal, ¿a qué ton dar la nota? ¿Por qué buscarle las vueltas? Al fin y al cabo si él era el jefe de mesa o como se llame, a ti qué te iba ni te venía, con su pan se lo coma, él era el responsable, ¿no? Bueno, pues tú que nones, que a contar, uno por uno y a contar, que ni sé cómo tuviste valor después de la prueba de confianza, tú dirás, que si te eligieron fue como persona representativa, pero tú ya fuiste a regañadientes, Mario, y con ganas de alborotar, eso no hay quien me lo saque de la cabeza. Y si a Josechu le da por decir que el noventa por ciento de “síes”, el cuatro de “noes” y el seis de abstenciones, en blanco o como se diga, pues bueno, él era el jefe, ¿no?, que diga misa si quiere, ¿qué te importaba a ti, al fin y al cabo? Pero no, es lo mismo que el lechazo de Hernando de Miguel, o la gresca con Fito, el espíritu de la contradicción, cariño, es tu sino, porque si, en definitiva, aquello no te gustaba, que tampoco había para tanto me parece a mí, pudiste decirlo de buenas maneras, con educación, pero nunca pasar a mayores, haciéndoles cara, que si tú dices "no me gusta pero acepto la decisión de la mayoría", pues todos contentos, fijo, que después de todo, ésa es la democracia si no te he entendido mal. "No puedo prestarme a eso", así, a boca llena, con mayúsculas, hijo, como en tus libros, para que se oyera bien, que se entere hasta el apuntador, que si no dices las cosas a voces, revientas, como yo digo, y dale con que a contar y a contar, y si no contamos, no hay acta , el chantaje, qué bonito, que siempre has sido un hombre disparatado, Mario, y a ti lo que te gusta por vivir es meter bulla, desafiar a la ciudad, aquí estoy yo, y aunque todos digáis blanco, yo digo negro, pues porque sí, porque se me antoja, que te tengo muy calado. Y no es eso, Mario, calamidad, que para vivir en el mundo hay que ser más flexible, tener un poquito de correa, que mucho predicar tolerancia y después hacéis lo que os da la realísima gana, porque, después de todo, si tú hubieras sido un republicano de toda la vida, un republicano cien por cien, vaya, me lo explico, pero si te has pasado la vida diciendo que República y Monarquía no son más que palabras, y que tanto daba la una como la otra y que lo importante es lo que hubiera debajo, ¿a qué ton dar la campanada de no firmar el acta? ¿Por qué hacerle un feo semejante a Josechu Prados que nunca tuvo con nosotros más que atenciones? No tiene sentido, convéncete, que aquello fue garrafal, que dice Vicente Rojo que el pobre Josechu llegó al Círculo descompuesto, blanco como la pared y que tartamudeaba al hablar y todo, para haberle dado algo, qué horror, acuérdate de su padre, una hemiplejía, que se pasó media vida en un sillón de ruedas, pobre señor, todo porque una criada le soltó cuatro frescas. Hay que andarse con más cuidado, Mario, tonto del higo, que por las bravas no se va a ninguna parte, convéncete, y hay que vivir en el mundo, que Josechu, muy buena persona, pero también tiene su orgullo, a ver, somos humanos, y te la guardó, acuérdate de lo de la casa, por las buenas un alma de Dios, pero que no se te ocurra llevarle a contrapelo, si es de cajón. ¿Sabes lo que dijo la otra noche Higinio Oyarzun y mira que ya ha llovido? Pues dice que dijo, Josechu, ¿comprendes?, que eras un puritano pero que aquel día no te partió la cara, como te lo digo, en atención a la amistad que sus padres tuvieron con los míos, date cuenta, el bochorno, que no sé cómo te las arreglas pero, por fas o por nefás, te has cargado a la ciudad entera, cariño, que ésa es la herencia que me dejas, tú dirás, ahora, si no fuera por papá, una pensión, a ver, la viudedad ni para el piso, que ésa es otra cosa que está mal, yo misma lo comprendo. Me haces gracia con eso de que con la verdad por delante se va a todas partes, me río yo, que contigo no hay razones, porque ¿quieres decirme dónde has ido tú cariño?, coche todo el mundo y tu mujer, a patita, es que no tienes ni dónde caerte muerto, ¡válgame Dios! una cubertería de alpaca a todo tirar, que hasta vergüenza me da el decirlo. ¿Crees tú que eso es vida? Con la mano en el corazón, Mario, ¿crees tú que habrá muchas mujeres que hubieran aguantado este calvario?

No hay comentarios: