lunes, 11 de octubre de 2010

POESÍA. "Pureza", de Javier Lostalé (Madrid, 1942)

Javier Lostalé
PUREZA
Quédate así. Asumido en tu propia luz.
No quieras tocar las orillas
que en invisible vaivén de transparencias
consuman tus ojos en un halo puro.
Que en tu pecho herido por la rosa inclinada de la tarde
la palabra no sea sino una hoja suspendida en el claro de la tormenta,
una forma luminosa de unos labios exhalada;
y que los cuerpos deriven junto a ti en silencio,
como un bosque arrasado por la luna.
Que alguien ciegue las miradas que resbalan en el vidrio de la madrugada
y en su rayo frío doblan al corzo adolescente.
No sepas nunca el mido de los sotos
que queman las sombras de los trenes.
Voces caliginosas
con lentos relámpagos
te cruzaban el pecho,
mas ya tú amabas a un muchacho muerto
con los ojos abiertos en la niebla.
El deseo era un tibio cristal
en el que un árbol desnudo flotase
mientras alguien cruza,
y no roza,
pero queda.
Una lluvia de espaldas
reposaba dulce en tu retina,
mas desde tu frágil tiempo de amor
rehusabas ver sus rostros.
La noche te envolvía en sus olas de yodo
y pasaban los amantes en el contraluz de una nube cárdena
haciendo denso el aire oscuro del río.
Luego, el silencio cercaba puentes
a los que arribabas descalzo en el sueño.
Una mano que no sabes quiere ahora quebrar el pulso de tu mirada.
No digas nada. No regreses.
Quédate así. Bella pasión sola.

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