Chantalle Banaye, agente en Goma durante 15 años, es una de las primeras policías congoleñas entrenadas para forense. En la foto, practica la limpieza de restos en una fosa bajo la mirada de Franco Mora, uno de los integrantes del equipo peruano de forenses que les enseña. ("magazinedigital.com")
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Tras las huellas del genocidio
Texto y fotos de Ofelia de Pablo y Javier Zurita
Un informe de la ONU califica de posible genocidio los crímenes cometidos por Ruanda contra los hutus en RD Congo durante más de diez años. Junto a las masacres de civiles, la mayoría mujeres y niños, se ha utilizado la violencia sexual como arma de guerra –aún se emplea a pesar de haber terminado oficialmente el conflicto–. El balance estimado es de cinco millones de muertos, la mayor matanza desde la Segunda Guerra Mundial. En este contexto, ha terminado el primer entrenamiento forense de la historia en RD Congo. Los nuevos CSI están listos para sacar a la luz a las víctimas.
Me llamo George y soy víctima del genocidio -comienza a relatar uno de los habitantes de la aldea de Rutshuru, una pequeña población al norte de Goma-. Nos encerraron en un lugar grande, nos separaron por sexos, yo pensé que la muerte era inminente. Éramos más de trescientos hombres en aquella sala. Comenzaron a llevárselos de 10 en 10. Yo escuchaba disparos. Y nadie volvía. Luego se llevaron a otros diez y así hasta treinta veces. Los estaban ejecutando. Tenía que escapar”. George habla con la voz ahogada por el dolor, pero no duda en acusar al gobierno de Ruanda del llamado “segundo genocidio”, cometido en la provincia de Kivu Norte, en la República Democrática de Congo. Su testimonio frente a la cámara apoya las versiones de los más de 1.280 entrevistados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) durante casi dos años para elaborar un informe publicado hace unos meses.
En dicho informe se acusa a las tropas de Ruanda (orquestadas por su actual presidente, Paul Kagame) de posible genocidio contra los hutus, ayudadas por la 'Alianza del Frente de Liberación para el Congo' (AFDL), las fuerzas apoyadas por el después presidente de RD Congo Laurent Kabila.
El municipio de Rutshuru fue uno de los más castigados en 1996. “Exterminaron a miles de hutus cortándoles la cabeza y arrojando sus cuerpos a las letrinas”, afirma Jean Paul, otro de los testigos de las ejecuciones. Con la mirada dura y el rostro frío relata cómo comenzaron a asesinar a la gente con nombres hutus: “No importaba ni su edad ni su género, los mataron a todos y sus cuerpos aún están ahí -dice señalando los agujeros de las letrinas-, amontonados a la espera de un entierro digno”.
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