Ana Pérez Cañamares
Antes de que cremaran
a mi madre, mi hermano
cogió el micrófono
que ningún cura iba a usar
y dijo: "Si una madre
es la verdadera patria,
hoy nos hemos quedado
sin patria y sin madre".
(La etimología no está
siempre de parte
de la verdad.)
Desde entonces he intentado
llevar dignamente el exilio:
vigilando que se mantenga viva
la lengua que hablamos
los expulsados del paraíso.
1 comentario:
muy bien hecho
felicitaciones
saludos jose
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