Luis Rosales
Duérmete, niño mío,
flor de mi sangre,
lucero custodiado,
luz caminante.
Si las sombras se alargan
sobre los árboles,
detrás de cada tronco
combate un ángel.
Si las estrellas bajan
para mirarte,
detrás de cada estrella
camina un ángel.
Si la nieve descansa
sobre tu carne,
detrás de cada copo
solloza un ángel.
Si viene el mar humilde
para besarte,
detrás de cada ola
relumbra un ángel.
¿Tendrá el sueño en tus ojos
sitio bastante?
Duérmete, recién nacido,
pan de mi carne,
lucero custudiado,
luz caminante,
duerme, que calle el viento...,
dile que calle.
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