Juan Gelman
Poemas de 'El emperrado corazón amora'
Alientos
El hermano que amaba a Pushkin
tenía música en la boca.
Quería trabajar el mundo para
que su esplendor fuera constante,
se fue a la guerra y su repetición.
La máquina del organismo humano
tiene vuelos secretos.
¿Un trago de astros quita
las penas, su mugido de abismo?
En todo lo que no fue
palpita lo que será y no olvida
su escritura en las tierras bajas
de la parte oscura del día.
¿Adónde fuiste, hermano?
En un caballo galopás
contra la eternidad, te vieron
en un retrato de mi sangre.
Mil
En la soledad de ella
me acompaña en días sin rostro conocido,
esperan su visita siempre.
Caminar por el borde
de su constelación es instrumento
de un amor que no supo.
El tiempo no resuelve nada, madre,
ahí estamos, vos allí, yo
huyo en silencio
de lo que no te pude dar cuando
las lágrimas lavaban tus mejillas.
Las batas del verano ciñeron
tus olvidos de vos, otras tierras.
Qué hermosa eras en tu desolación,
te parecías a
la palabra que no alcanzo a decir,
la línea negra de la pureza
que nadie sabe cruzar.
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