CÓMIC. HISTORIA. "Por nuestra cuenta", de Miriam Katin

     En una guerra la parte más débil siempre es la población civil, y aún más si cabe en el caso de ser judío, como es el que hecho se narra en Por nuestra cuenta, de Miriam Katin. En ella nos cuenta la persecución a los que fueron sometidos los judíos en una Hungría invadida por los nazis, durante la II Guerra Mundial, en el año 1944 en la ciudad de Budapest. Una obra que cuenta las memorias de la autora, de cómo ella y su madre tuvieron que dejarlo todo para escapar de aquel horror y del gueto al que iban a ser destinadas, a una muerte segura. Su madre, Esther Levy, vivía con incertidumbre el destino de su marido, que luchaba en la contienda; sin noticias de él tuvo que marcharse de la casa en alquiler donde vivía, al ser expulsadas, entregar su perro a los nazis y realizar una lista con todas sus pertenencias para el ejército alemán. Para ello decide fingir su muerte y la de su hija, para no dejar pistas y viajar con unos salvaconductos falsos en tren hasta una localidad cercana con la frontera rusa. Allí será acogida en una casa en el campo, donde trabajará en la vendimia, hasta que un buen día los alemanes aparecerán por allí y uno de ellos, un comandante, se encapricha de ella; ésta, resignada, le complace sexualmente por temor a ser descubierta. La finalización de la guerra está cerca y la llegada del ejército ruso se convierte en una pesadilla, pues secuestran a los hombres de la zona para trabajar. Al resto, mujeres y niños, no les queda más remedio que refugiarse en la casa donde sirve Esther, ante el saqueo y el incendio de sus casas, si no quieren morir congelados, pero la llegada del ejército ruso a su casa es inminente, en busca de vodka y mujeres para su diversión. A la mañana siguiente, un soldado ruso aparece muerto en la cama de Esther y tiene que marcharse (ante el temor de la represalia de los rusos), para continuar su vida y la de su hija, con acontecimientos todavía muy importantes. En medio de todo, su hija Miriam se plantea por qué Dios les ha abandonado, en una pérdida paulatina de la fe, primero con la muerte de su perro, y ahora las que se producen en el camino, además del sufrimiento de su madre.
Seguir leyendo el artículo.
Ver algunas páginas (en inglés).