jueves, 14 de noviembre de 2013

POESÍA. "Ciudades grises". Gsús Bonilla (Don Benito, Badajoz, 1971)

Gsús Bonilla

CIUDADES GRISES
Son las diez por mi reloj y los humanos plastificados
avanzan por el gangrenoso asfalto de la ciudad,
la húmeda mañana se torna estrangulada si añado
las lágrimas de ella.

Las ciudades grises suelen buscar huecos en las bocas
perdidas, para aspirar el aire limpio que asea sus calles.
Las ciudades grises te roban el alma, para que extraños
como ella piensen que son acogedoras.

Ella, sentada en el banco frío de piedra, espera recuerdos;
enciende un cigarro, y el humo de la primera calada enlaza
imágenes absurdas que creía olvidadas.
El foxterrier blanco que le acompaña hace sus necesidades
sobre la acera. Ella intuye que sobre la acera, necesariamente,
hay alguna imagen suya de antaño también.

Sin esfuerzo se levanta de su helado sentayo, abre la bolsa
negra adosada a la correa del can y se inclina con cuidado,
recoge el excremento,
y lo introduce en la bolsa con delicadeza.

Ella sabe que las fotografías que le regala la memoria en
mañanas mojadas como esta, las imágenes, aunque
asquerosas, hay que guardarlas con mimo.

Las ciudades grises no se cansan de masturbar los pensamientos
de los extraños con dudas, que se sientan en bancos gélidos
a fumarse los sentimientos de culpa, mientras sus perros, día
a día viven ajenos a las mierdas que sus amos disfrutan.

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