martes, 26 de agosto de 2014

PRENSA CULTURAL. "Varios autores responden cuáles son los libros de nuestro tiempo" (3)


   En la revista "Letras Libres":

Encuesta

Malva Flores
Una lista con libros definitivos para entender la historia posterior a 1945 es un encargo temerario, si no imposible. ¿Títulos definitivos para quién? El fin de la Segunda Guerra Mundial señala el inicio de un lento proceso donde ya no se puede hablar de un “nosotros” unánime y cualquier top ten estará marcado por los rasgos de origen de quien lo enumera. Mi selección refleja una experiencia de lectura personal y, a la vez, un interés por encima de nuestras particularidades. Anoté títulos que modificaron el mundo de las ideas en la segunda mitad del siglo XX, como Archipiélago Gulag y El hombre rebelde. Las obras de Orwell, McLuhan y Debord anuncian nuestro tiempo y son inseparables de la imagen que de él nos hemos hecho. Steiner, Bell y Hughes plantean una reflexión global y un balance crudo de la cultura contemporánea. Foucault representa el inicio de una de las críticas más severas a la tradición del humanismo. Paz fue el último intelectual capaz de dar a la poesía un discurso público, una presencia viva en el mundo de las ideas y La casa de la presencia reúne su pensamiento poético. La lista futura quizá no incluya libros si, como cree Steiner, las fronteras del pensamiento suceden ya en universos ajenos a la palabra. ~

Daniel Gascón
María Teresa Giménez Barbat
Y retorno a las ciencias del hombre, a la biología, al evolucionismo. Fundamentales para una antropóloga frustrada en sus tiempos de estudiante donde todo lo que existía en su facultad era relativismo cultural y posmodernismo. Si querías saber algo sobre el hombre enmarcado en la naturaleza, como ramita reflexiva de su árbol primate te sugerían que te matriculases en Biología y cursases algo llamado “Antropología física”. Bien me encargué yo de buscar mi desquite, empezando por Charles Darwin y su El origen de las especies por medio de la selección natural. Y a partir de aquí tantos libros… No puedo dejarme a Richard Dawkins y elijo El relojero ciego, donde escribiendo portentosamente (es un gran prosista) explica, a través del razonamiento de un creacionista, William Paley, por qué no hace falta un creador para poner en marcha el proceso de la evolución. Ni al sociobiólogo E. O. Wilson y este intento prodigioso de síntesis entre las distintas esferas del saber que representa Consilience. Y, cómo no, para finalizar, La tabla rasa, libro emblemático de Steven Pinker que arrasa supuestos consolidados pero que, a la vez, ofrece, como pocos, información valiosa para la comprensión biológica de la naturaleza humana. ~
Ramón González Férriz

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