Suspenso en la vida real
Los jóvenes obtienen 23 puntos menos que la media de la OCDE en problemas cotidianos
Las pruebas van desde la compra de un billete de metro hasta búsquedas en internet
El resultado es peor que su mediocre rendimiento en matemáticas, ciencias y lectura
España, con 477 puntos, se coloca entre la posición 27 y 31 de un total de 44 países
Singapur y Corea del Sur lideran la clasificación, con 562 y 561 puntos
En la era de Google ya no es tan relevante saberse la lista de los reyes godos (si es que alguna vez lo fue). Lo que se necesita, además, es conocer estrategias para encontrar, entre los 500.000 resultados que muestra el buscador, cuáles son las fuentes fiables sobre ese o cualquier otro conocimiento. La escuela debe enseñar a discriminar entre la ingente cantidad de información disponible y a desenvolverse en nuevos escenarios, y parece que la española está bastante lejos de hacerlo. El informe PISA de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha puesto de manifiesto que los alumnos españoles están aún peor preparados para enfrentarse a la vida diaria de lo que revelan sus ya mediocres resultados en matemáticas, ciencias o capacidad lectora. Y los tiempos requieren otras destrezas. “La economía mundial no se centra en lo que se sabe, sino en lo que se puede hacer con lo que se sabe”, aseguró ayer el responsable de Educación de la OCDE, Andreas Schleicher, en la presentación de los resultados del informe. “El siglo XXI requiere un enfoque distinto de la enseñanza”, advirtió.
Los estudiantes españoles de 15 años están 23 puntos por debajo de la media de los países desarrollados en la resolución de problemas cotidianos, como programar un aparato de aire acondicionado, escoger la mejor combinación de metro para llegar a otro punto en una ciudad que no se conoce o predecir el comportamiento de un robot de limpieza en una habitación. El estudio, elaborado con 85.000 jóvenes de 44 países —en España participaron 2.709 estudiantes— les puso frente a simulaciones de esas situaciones de la vida real, cotidiana. Y el 28% de los españoles no llega al nivel mínimo para afrontar un problema, frente al 21% de la media de la OCDE. España, con 477 puntos (500 es la media utilizada), se coloca entre la posición 27 y 31 de un total de 44 países, que lideran Singapur y Corea del Sur (con 562 y 561 puntos). Los españoles están a la altura de Polonia, Eslovenia o Serbia, pero más de 30 puntos por debajo de Alemania, Italia o Francia.
Los profesores creen que no preparan para el siglo XXI
E. S., MADRID
PISA manifiesta que en España los alumnos no saben plasmar lo aprendido en las aulas y sus propios profesores reconocen que no les están preparando suficientemente para afrontar los grandes retos del siglo XXI. Así lo expresan el 87% de los docentes –desde educación infantil a bachillerato- encuestados por la editorial SM en toda Españam teniendo en cuenta todos los niveles y la titularidad del centro (respetando los porcentajes de pública y privada). El 86%, además, rechaza los sistemas de evaluación actuales, pues cree que no permiten desarrollar al máximo las habilidades y capacidades de los estudiantes y un 97% coincide en que el uso de nuevas formas de aprendizaje mejoraría los resultados. “No se trata tanto de cómo se enseña, con tiza digital, sino qué se enseña”, recalca Ángel Pérez, director de Educación de SM. “La tecnología no cambia nada, lo que se necesita es tener otra metodología”.
Para mejorar el aprendizaje la mayoría opina que hay que incentivar el desarrollo del pensamiento crítico (76%), trabajar las inteligencias múltiples de manera individualizada (71%) y fomentar el trabajo cooperativo en las aulas (59%). “Nosotros vemos entre los maestros y profesores muchas ganas de cambio, de hacer cosas nuevas. Pero no todo está en la tecnología. Al final, si un niño hace todos sus deberes en el ordenador, los estudios demuestran que pierde comprensión lectora”, prosigue Pérez, quien sí que cree que las editoriales han hecho un esfuerzo por incluir cada vez más soluciones prácticas en sus libros de texto. Los encuestados sostienen también que los obstáculos para una mejor enseñanza se encuentran en el sistema educativo (64%), la Administración (44%), la dotación de recursos y materiales (43%) o el currículum (36%).
Pero Pérez precisa que queda mucho por hacer. “En los currículos hay muchos temas sintácticos cuando se debía profundizar más en aspectos de comprensión lectora”. Y en esta revolución educativa la tecnología es una gran aliada. “Los profesores menores de treinta y tantos están habituados a trabajar con ordenador, siempre han tenido uno cerca. El problema son los más mayores, que son reticentes. Les da miedo que el niño sepa más que ellos. Y no se dan cuenta que los alumnos sabrán solucionar algo técnico -porque se les averió el ordenador jugando en casa-, pero no van a saber hacer estrategias de búsqueda de información en la Red”.
Curiosamente, no hay diferencias de cualificaciones por sexo (como ocurre en otras competencias), y a igual nivel de conocimientos en las pruebas tradicionales de PISA, los niños inmigrantes sacan más partido que los españoles a la hora de resolver problemas. Hasta casi 20 puntos más. “Quizá porque han tenido que pasar un periodo de adaptación al llegar a España”, razona Ángel Pérez, de la editorial SM. En España, los muchos repetidores —el 40% ha repetido al menos una vez al cumplir 15 años—, también lastran la media, pues sin ellos se alcanzarían los 512 puntos.
Los resultados de los españoles están por debajo de lo esperable dado su rendimiento en matemáticas, ciencia y lectura, o sea, no saben aplicar lo aprendido. “Hace falta un cambio radical en la metodología de la enseñanza”, sugirió la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, en la presentación de los resultados. Un cambio en una enseñanza “anticuada”, basada solo en la memorización de contenidos.
“Lo que reflejan los datos es que en España la educación no da la oportunidad a los alumnos de ser creativos”, apunta, en la misma línea, el analista de la OCDE Pablo Zoido. “Hace falta una transformación de todo el sistema más acorde con el tipo de competencias actuales. Los mercados laborales demandan pensamiento crítico, creatividad, intuición, trabajo en grupo...”, razona.
Pero, ¿cómo hacerlo? El colegio privado Liceo Europeo ha sido seleccionado junto a cuatro públicos y uno concertado para exponer hoy en un congreso sobre PISA 2012 las estrategias de las que se han valido para obtener buenos resultados en resolución de problemas. Juan Sanz, como portavoz del proyecto privado, explica que se basan en tres pilares: “Educación activa y flexible en un clima afectivo”. Sus alumnos salen de clase para experimentar de primera mano lo que aprendieron. “No se trata de que den un paseo por el campo o la calle, sino de que extraigan conclusiones”, cuenta. La labor de laboratorio no termina en ese espacio. Lo aprendido se expone luego ante los compañeros. Y tratan de que aprendan a ser independientes. “Cuando nos visitan chicos de Francia o Alemania nos damos cuenta de que son mucho más autónomos, resolutivos y en los intercambios nuestros alumnos aprenden mucho. Quizá la sociedad española es demasiado protectora con sus hijos”.
La profesora de Didáctica de la Universidad Complutense Estela d’Angelo incide en esta idea. “Tenemos una cultura en la que controlamos mucho a los chicos, no les dejamos resolver cosas por sí mismos, les hacemos la vida muy fácil”, asegura. “Un chico que no es autónomo no planifica, no organiza”. D’Angelo enfatiza que la escuela no tiene el monopolio de la enseñanza, y hay una corresponsabilidad de las familias.
Pero de ese nuevo aprendizaje tienen la “responsabilidad última” los profesores, según dijo la número dos del ministerio. No es la primera vez que todo el peso recae sobre los docentes. El ministro José Ignacio Wert ha dejado claro que las reválidas no solo evaluarán el nivel académico de los alumnos sino la labor de sus profesores, “como ocurre en otras profesiones”.
Los docentes, por su parte, reconocen que no están preparando a sus pupilos para el futuro. Así lo manifiestan el 87% de los 2.900 docentes encuestados por SM. Encuentran obstáculos para una mejor enseñanza en el sistema educativo (64%), en la Administración (44%), o por la dotación de recursos y materiales (43%) o el currículum (36%). “En los currículos hay muchos temas sintácticos cuando se debería profundizar más en aspectos de comprensión lectora”, pone de ejemplo Ángel Pérez, director de Educación de SM. En su opinión, las editoriales sí hacen esfuerzos por incluir resoluciones prácticas, pero ciñéndose al programa. “Los libros de texto suelen tener ejercicios guiados, pero no tareas libres a las que enfrentarse con intuición”, dice la profesora D’Angelo.
“Es verdad que hoy no se puede enseñar como se enseñaba en el siglo pasado y los profesores estamos dispuestos a abordar ese cambio, pero la Administración debe liderarlo, y se ha perdido una ocasión de oro con la reforma educativa”, sostiene Nicolás Fernández, presidente del sindicato de profesores ANPE. “El profesorado no cuenta nada en la LOMCE. Además, el estatuto del docente duerme el sueño de los justos”, indica.
“La secretaria de Estado, en un ejercicio de cinismo, ha llegado a responsabilizar al profesorado de los problemas más importantes del sistema educativo, olvidando que el propio Gobierno ha despedido a más de 34.000 docentes”, advierten, por su parte, en el sindicato CC OO.
Los profesores piden también que se relativice el problema. “Los alumnos de la Comunidad de Madrid han superado la media de la OCDE en 7 puntos. ¿Es que estos profesores sí apuestan por nuevas metodologías de enseñanza y otros no?”, se pregunta el presidente de ANPE.
Ildefonso Méndez, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Murcia, considera que hay que relacionar el bajo rendimiento con la Encuesta Mundial de Valores. Esta pone de manifiesto que en España la perseverancia o la buena disposición por intentar resolver problemas complejos no interesa tanto. “Y lo que interesa no conduce al éxito educativo y laboral”, lamenta Méndez.
Richard Gerver, autor del superventas Creando hoy las escuelas del mañana, discrepa en una entrevista publicada en EL PAÍS: “Una de las críticas que se hace a los chavales es que carecen de resiliencia (capacidad de superación), que se frustran rápido... No es cierto. Cuando en un videojuego les matan vuelven otra vez al mismo punto y tratan de superarse, de resolver un problema”.
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