sábado, 22 de noviembre de 2014

PRENSA. "Imaginando el futuro como Asimov: el mundo en 2064"

El escritor de ciencia ficción y bioquímico Isaac Asimov. YOUSUF KARSH / CORDON PRESS

   En "elmundo.es":


TECNOLOGÍA Se cumplen 50 años de su ensayo sobre 2014

Imaginando el futuro como Asimov: El mundo en 2064

  • El escritor de ciencia ficción publicó hace medio siglo un ensayo sobre cómo creía que sería la vida en la Tierra en 2014

  • Casi la mitad de sus predicciones se han hecho realidad

  • Seis expertos en distintos campos emulan a Asimov e imaginan cómo viviremos dentro de 50 años






«Lo que está por venir es maravilloso». Tras visitar la Feria Mundial de Nueva York de 1964, el bioquímico y autor de ciencia ficción Isaac Asimov (Petrovichi, 1920-Nueva York, 1992) se mostraba entusiasmado ante los avances de la Humanidad que mostraba la exposición estadounidense, que ese año se celebraba bajo el lema «paz a través del entendimiento».
Como él mismo relató, disfrutó «enormemente» recorriendo los stands en los que se repasaban los progresos tecnológicos que habían ido sucediéndose hacia 1900, 1920, 1940 y 1960. «Sólo eché en falta que no hubiera escenas del futuro. ¿Cómo será la vida, por ejemplo, en 2014, dentro de 50 años? No lo sé, pero puedo imaginármelo». Así comenzaba Asimov un artículo en el que plasmó su visión sobre cómo sería el mundo medio siglo después y reflexionó sobre las consecuencias de los cambios que se producirían. Ese ensayo, publicado el 16 de agosto de 1964 en el periódico The New York Times, se ha convertido en un texto de referencia sobre el futuro.
"Las TV serán sustituidas por pantallas en las paredes. Podremos ver fotos y textos en pantallas"
Ya desde niño, Asimov era un soñador que imaginaba un mundo lleno de tecnología y robots, que posteriormente protagonizaron parte del medio millar de libros que publicó durante su prolífica carrera como escritor y divulgador científico.
Cuando tenía tres años, sus padres, judíos de origen ruso, se trasladaron a EEUU. El autor de Yo RobotFundación o Bóvedas de acero devoraba desde pequeño las revistas de ciencia ficción que su familia vendía en las tiendas de chucherías que regentaba en el barrio de Brooklyn. A los 19 años comenzó a publicar sus propios relatos de ciencia ficción, que alternó con sus estudios de bioquímica en la Universidad de Columbia. Después, intentó estudiar Medicina, pero su solicitud fue rechazada, de modo que continuó especializándose en química e interesándose por la divulgación científica.
Cuando en 1964 publicó su artículo en el New York Times, (titulado Visita a la Feria Mundial de 2014), habían transcurrido ya siete años desde el lanzamiento del Sputnik, el primer satélite artificial puesto en órbita; el hombre no había pisado aún la Luna, pero EEUU y la URSS dedicaban ingentes cantidades de dinero a sus programas espaciales; los cirujanos habían implantado ya con éxito los primeros marcapasos; la aviación civil era una realidad y los hogares estadounidenses contaban cada vez con más electrodomésticos y mayores comodidades gracias a los avances tecnológicos.

Asimov vaticinó que las conversaciones serían audiovisuales 
Pero incluso a pesar de todas esas pistas de progreso, 50 años después resulta sorprendente la capacidad de Asimov para adelantar algunos de los avances de los que disfrutamos hoy en día o que, previsiblemente, se harán realidad dentro de no mucho tiempo. Asimismo, vio claro que parte de la población mundial no tendría acceso a estos avances.
Pero el escritor también se equivocó en muchas de sus predicciones o se quedó corto en otras, como en su estimación de población mundial para 2014 (calculó que habría 6.500 millones de personas y ya vamos por 7.200 millones). Cuando escribió el artículo, en 1964, había unos 3.000 millones de personas en la Tierra.
Haciendo balance del medio centenar de predicciones que aproximadamente incluyó en su artículo, podríamos decir que acertó de lleno en algo menos del 40%. Un 30 % no se ha cumplido y está muy lejos de hacerse realidad, mientras que en otro 30% acertó parcialmente o se aproximó, por ejemplo, cuando afirmó: «Los aparatos no tendrán cables, por supuesto, y estarán alimentados por baterías de radioisótopos de larga duración».Tampoco tenemos coches que levitan y se desplazan a varios centímetros del suelo, ni aceras móviles en las calles, como predijo.
Buena parte de los avances que adelantó están relacionados con la tecnología. Vaticinó que «las comunicaciones serán audiovisuales, de modo que podrás ver y oír a la persona a la que llamas por teléfono. La pantalla podrá usarse no sólo para ver a la persona a la que llamas, sino también para estudiar documentos, [ver] fotografías y leer pasajes de libros».
Los satélites que surcarían el espacio, añadió, harían posible llamar directamente a cualquier lugar de la Tierra, incluyendo las estaciones en la Antártida.
También acertó en que habría «ordenadores miniaturizados», aunque no precisó que podrían usarse como teléfonos y sólo dijo que «servirán como cerebros de robots». Visualizó, además, cómo serían los televisores del futuro: «Habrán sido sustituidos por pantallas en las paredes».
"Grandes plantas de energía solar funcionarán en zonas desérticas y semidesérticas"
Asimov, sin embargo, tampoco fue capaz de predecir internet, como destaca en conversación telefónica Ramón López de Mantaras, director del Instituto de Investigación de Inteligencia Artificial, quien considera, no obstante, que «50 años es un plazo exageradamente largo para hacer predicciones».
Al confort del hogar y a la forma de alimentarnos y preparar la comida dedicó también varios pasajes. «Habrá dispositivos que continuarán liberando a la Humanidad de trabajos tediosos», escribía Asimov, que imaginó que en las cocinas habría artilugios que preparían comida, calentarían agua y la convertirían en café; tostarían pan, freirían, preparían huevos, bacon, etc. «Los desayunos se encargarán la noche anterior para que estén listos a una hora concreta por la mañana. Almuerzos y cenas completas, con comida semipreparada, se almacenarán en los frigoríficos, listas para ser procesadas. Sospecho, no obstante, que incluso en 2014 será recomendable tener un pequeño espacio en la cocina donde se pueda cocinar manualmente, especialmente cuando se espera compañía». También dijo que las casas contarían con sistemas para regular el clima.
La exposición de Nueva York que dio origen a este escrito futurista estaba centrada en la carrera espacial, un campo al que dedicó varias reflexiones. Acertó en buena parte de sus predicciones sobre Marte y se equivocó con la Luna. «Sólo habrán sido enviadas a Marte naves espaciales no tripuladas, aunque una misión con astronautas estará siendo preparada en 2014», dijo el escritor, quien afirmó también que una feria internacional ese año mostraría ya «una maqueta elaborada de una colonia marciana».
Efectivamente, varias misiones espaciales han sido enviadas con éxito a Marte, un planeta que desde hace años está siendo explorado por vehículos robóticos (rovers), algunos muy sofisticados, como Curiosity. La NASA está preparando una misión tripulada, aunque ésta no se producirá antes de 2030. Por otro lado, hay un proyecto vinculado a un reality show llamado Mars One para establecer una colonia marciana con voluntarios, que viajarían al Planeta Rojo a mediados de los años 20 sin posibilidad de regresar a la Tierra. Sin embargo, expertos de agencias espaciales dudan de la viabilidad de ese proyecto ya que, además de su altísimo coste, todavía hay aspectos tecnológicos que resolver para sobrevivir en el Planeta Rojo.

El 'rover' 'Curiosity' explora Marte.
Asimov pensaba que en 2014 tendríamos ya colonias humanas en la Luna, pero lo cierto es que desde 1972 ningún astronauta ha vuelto a visitar nuestro satélite. Además, EEUU canceló en 2010 su programa Constelación para regresar allí. En su lugar, decidió centrar sus esfuerzos en Marte. China planea ir a la Luna en unos años y algunas empresas barajan la posibilidad de extraer sus recursos.
Aunque no pudo estudiar medicina, como era su intención, no dudó en aventurarse en este campo: exageró al decir que la psiquiatría sería la especialidad médica más importante y que «la Humanidad sufriría gravemente la enfermedad del aburrimiento». Añadió que habría un uso creciente de dispositivos mecánicos para reemplazar los corazones que fallan y los riñones, que se repararían arterias, nervios, etc. Avances que reducirían la tasa de mortalidad e incrementarían la esperanza de vida en algunas partes del mundo hasta los 85 años.
"Los robots existirán, aunque no serán ni comunes ni muy buenos"
De la misma forma que mostró su preocupación por las consecuencias del aumento de la población mundial, Asimov se interesó por la investigación de nuevas formas de energía y producción de alimentos que pudieran satisfacer las necesidades de tantos millones de personas. El incremento de la población obligaría, según él, a que la gente habitara zonas polares y desérticas. Pensó que habría casas bajo el mar que disfrutarían los amantes de los deportes náuticos y que favorecerían la explotación de los recursos que ofrece el océano, tanto alimentos como minerales. También consideraba que habría que poner en marcha métodos para controlar la natalidad.
Adelantó que habría grandes plantas de energía solar en zonas desérticas o semidesérticas, pero erró al prever que «habría una o dos plantas experimentales de fusión de energía [nuclear]». En la actualidad, hay en marcha un multimillonario proyecto internacional para el reactor de fusión nuclear ITER, que sigue en construcción en Francia. A principios de la década de los 20 se esperan los primeros resultados, pero no estará en funcionamiento hasta, probablemente, 2027. Tampoco acertó al vaticinar que habría proyectos para establecer plantas de energía en el espacio, aunque esta idea está siendo considerada por alguna empresa aeroespacial estadounidense para el futuro.
Por lo que respecta a la alimentación, señaló que «la agricultura tradicional sobrevivirá con grandes dificultades y habrá granjas de microorganismos». Asimov intuyó ya que habría alimentos artificiales e imaginó «levaduras procesadas y productos a base de algas que estarán disponibles en varios sabores». Desde hace años se cultivan productos transgénicos y también hay algunos productos sintéticos. El año pasado, por ejemplo, se cocinó la primera hamburguesa de carne artificial, desarrollada por el científico holandés Mark Post. De momento se han producido sólo pequeñas muestras en el laboratorio. Su coste es altísimo y su consumo para el público aún no está autorizado. Podríamos decir que Asimov acertó al afirmar que estos productos serían caros en 2014 y que los ciudadanos se mostrarían reticentes a esas innovaciones.
Los robots que creó en su mente se hicieron populares gracias a las adaptaciones que el cine hizo de algunos de sus libros y, por supuesto, se planteó hasta qué punto se habrían perfeccionado en 2014: «Los robots existirán, aunque no serán ni comunes ni muy buenos», dijo.
«Isaac Asimov fue un gran visionario y autor de ciencia ficción, uno de los mejores. Sus ideas sobre los robots fueron fascinantes, y sus famosas tres leyes de la robótica han marcado una pauta», afirma José Luis Cordeiro, investigador de la Singularity University, en EEUU, que destaca también la labor de «otro gran visionario», Arthur C. Clarke, y sus tres leyes del futuro.
"Se habrán lanzado a Marte naves no tripuladas, pero no una misión con astronautas"
Aunque a veces se atribuye a Asimov la introducción de la palabra robótica en inglés, Ramón López de Mantaras recuerda que fue el escritor de ciencia ficción checo Karel Capek (1890-1938) el que introdujo el concepto moderno de robot, que procede de la palabra checa robota, que significa esclavo o trabajo: «De ahí viene el término robot, como un autómata que cumple órdenes, que actúa según un programa», dice Mantaras.
«En el mundo del año 2014 habrá pocos trabajos rutinarios que una máquina no pueda llevar a cabo mejor que un ser humano», dijo Asimov, quien adelantó que el manejo de los ordenadores sería muy importante en las escuelas.
Asimov murió en Nueva York en 1992, así que fue testigo de cómo algunas de sus predicciones iban tomando forma. Seguramente le hubiera encantado asistir a esa hipótetica exposición de 2014 y, quizás, repetir ahora ese juego para los próximos 50 años. ¿Cómo será el mundo en 2064?Se lo hemos preguntado a seis expertos en distintas áreas de la ciencia. Aunque todos admiten que es un ejercicio muy difícil, si no imposible, se han atrevido a emular a Asimov y a hacer algunas predicciones.

ÓRGANOS ARTIFICIALES Y HUMANOIDES 'LISTOS'. POR RAMÓN LÓPEZ DE MANTARAS, director del Instituto de Inteligencia Artificial (CSIC)

Cincuenta años es un plazo exageradamente largo para hacer predicciones. No obstante, veo factible la convivencia con robots humanoides, que tendrán inteligencias muy desarrolladas y nos ayudarán en las tareas domésticas. Socializaremos con ellos y tendrán iniciativas para hacer cosas y tomar decisiones. También creo que habrá robots explorando otros planetas con autonomía prácticamente absoluta, muy superior a la de los robots que han sido enviados ya a Marte. Los coches sin piloto, totalmente automatizados, estarán ya disponibles en un futuro muy cercano así que en 2064 creo que habrá una producción masiva y un uso generalizado de estos automóviles. Casi todos los vehículos que circulen serán autónomos. Prácticamente desaparecerán los accidentes de tráfico y las muertes por esa causa. Los viajes serán mucho más rápidos. Se reducirán a la mitad de tiempo o menos gracias a sistemas de propulsión de aviones distintos a los actuales, que permitirán hacer vuelos hipersónicos. Por otro lado, creo que el avance en medicina regenerativa será uno de los aspectos que más beneficios aportará a la Humanidad. Será posible hacer crecer órganos nuevos para reemplazar aquellos que estén dañados o que hayan resultado afectados por enfermedades como el cáncer.

CURA PARA EL CÁNCER Y ENERGÍAS LIMPIAS. POR MARÍA CHAMIZO, investigadora del CIEMAT y física experimental del experimento CMS del CERN

El cáncer se podrá curar con la misma facilidad que un resfriado. Bastará con ingerir pastillas de protones (u otros hadrones) que destruyan las células cancerígenas sin dañar el tejido sano. Para ello, será necesario crear comprimidos de protones de forma que, en función de la dosis y el excipiente, sea posible tratar todos los tumores. Las energías renovables se habrán convertido en la principal fuente de energía sostenible y no contaminante. En paralelo, la investigación habrá permitido desarrollar técnicas para el tratamiento total de residuos nucleares y se contemplará la posibilidad de volver a la energía nuclear, puesto que se habrá convertido en una energía limpia al 100%. Esto permitiría acabar con el consumo de energías fósiles. Por otro lado, mejorará la calidad de la investigación porque la labor científica de las mujeres se valorará al mismo nivel que la de los hombres. Actualmente hay un 51% de mujeres matriculadas en programas de doctorado en España. Sin embargo, sólo un 19% logra después ocupar las posiciones más elevadas de la carrera investigadora. En consecuencia un porcentaje muy elevado de mujeres brillantes no tiene oportunidad de contribuir al avance de la ciencia. Su incorporación a esta élite permitirá acelerar los avances científicos de forma decisiva.

TURISMO ESPACIAL Y VIAJE TRIPULADO A MARTE. POR ÁLVARO GIMÉNEZ. Director de Ciencia y Exploración robótica de la Agencia Espacial Europea.

Por lo que respecta a la exploración espacial creo que el turismo cósmico será algo habitual, aunque no tan barato como muchos quisieran. Creo que el hombre habrá llegado también a Marte. El problema no es tecnológico, sino económico. El coste de una misión tripulada a Marte es prohibitivo, a no ser que el método de transporte cambie radicalmente, para lo que se necesitan más de 50 años. Queda por resolver el problema del impacto de la radiación y la falta de gravedad en el viaje de ida y vuelta pero creo que esto podrá solucionarse a tiempo. El objetivo en esos años debe ser preparar el establecimiento de bases permanentes o colonias tanto en la Luna como en Marte. De nuevo el reto está en las prioridades económicas y la cooperación internacional. En el campo de los planetas extrasolares (fuera de nuestro Sistema), creo que tendremos un buen conocimiento de los que se encuentran a nuestro alrededor y habremos encontrado varios con condiciones adecuadas para la emergencia y mantenimiento de la vida. Incluso podremos haber hallado indicios de vida en alguno de ellos. Llegar a esos planetas, incluso de forma robótica, me parece más complejo ya que requerirá un método de transporte más eficaz que el actual, cuyo desarrollo necesita algo más de tiempo pero ciertamente se encontrará no mucho más tarde.

NAVEGAR POR INTERNET MEDIANTE IMPLANTES. POR AMADOR MENÉNDEZ, investigador del Instituto Tecnológico de Materiales de Asturias (ITMA)

Se acabó el acceder a la información y navegar por internet a golpe de ratón: lo haremos a «golpe de pensamiento». Haciendo uso de implantes cerebrales, que recogerán impulsos eléctricos del cerebro, podremos acceder a una página web simplemente pensando en la misma. Ya Larry Page y Serguéi Brin, los padres del célebre buscador Google, barajaban estos escenarios futuristas en 2004. Compañías como Braingate desarrollan implantes cerebrales que permiten a parapléjicos controlar el teclado de un ordenador sólo con pensarlo. Los genios de Google no parecían desencaminados. Quizás un día no sólo enterremos el papel, también las pantallas: toda la información fluirá entre chips y neuronas y la visualizaremos en nuestros cerebros. La disciplina de la Biónica habrá evolucionado de forma considerable. Los amputados podrán controlar sus prótesis directamente con la mente y con exquisita precisión. Implantes optogenéticos (que activarán y desactivarán neuronas mediante pulsos de luz) permitirán tratar enfermedades y desórdenes del cerebro. Triunfará la «computación afectiva»: ordenadores dotados de emociones, lo que les hará más inteligentes, pues se ha demostrado que sin emociones es imposible alcanzar decisiones racionales.

HUMANOS MEJORADOS Y CEREBROS ULTRARRÁPIDOS. POR JOSÉ LUIS CORDEIRO, profesor fundador de la Singularity University (Silicon Valley)

Yo creo que para 2029 se habra pasado el Test de Turing, y que para 2045 llegaremos a la llamada singularidad tecnológica. Lo que ocurrirá después de que tengamos una inteligencia artificial superior a la humana es casi imposible de imagi- nar. Vamos a pasar a un nuevo mundo de ciencia ficción. Habremos pasa- do de humanos a post- humanos y la mayor parte de la Humanidad avanzará hacia un futuro mágico, como diría Arthur C. Clarke en su tercera ley. Nuestros cuerpos biologicos serán complementados y suple- mentados en diversos sustratos, y nuestros ce- rebros estarán conec- tados de forma perma- nente a una nube de inteligencia asombrosa o cerebro global. La civilización humana se unirá para formar un organismo planetario con una inteligencia millones de veces superior a la actual. Dicho cerebro global no procesará en menos de 100 Herzios como nuestros cerebros actuales no modificados, sino en muchos Gigaherzios, es decir, millones de veces más rápido. Un posthumano procesará en un segundo lo que un humano actual procesa en toda una vida. Se habrá iniciado la colonización del espacio, llevando inteligencia a diferentes partes del universo. Colonias posthumanas existirán en diversos planetas del sistema solar para 2064. La civilizacion será transplanetaria y casi inmortal.

DESIGUALDADES Y CÁLCULO DEL TIEMPO DE VIDA. POR ANTONIO ABELLÁN, investigador del Departamento de Población del CSIC

Creo que no se sobrepasará el umbral de 9.000 millones de habitantes en el mundo. Asia concentrará el 50% de la población y África el 30%. India superará a China y será el país más poblado. Descenderá la fecundidad. No se habrán reducido las diferencias de renta entre países. En dos generaciones no se cambia la faz de la Tierra de modo que el 35% de los habitantes en 2064 ya han nacido y ese año tendrán 50 o más años. La mayoría serán urbanos. La desigualdad seguirá siendo la medida de casi todo. No habrá ocasión para el aburrimiento social ni político. La muerte regirá la vida. La gente querrá saber cuándo va a morir, cuántos años le quedan de vida (y cuántos en buena salud) para organizar mejor su tiempo. Eso dará un añadido de seguridad y felicidad a las personas. Se desarrollarán procedimientos bio-estadísticos (marcadores biológicos, telómeros, etc.). El inicio de la vejez se retrasará y se subdividirá porque los viejos serán numerosos. Algunos denominarán «cuarta edad» a la fase final de la vida, la decrepitud. Los países más desarrollados alcanzarán una esperanza de vida al nacer de 85,4 años (ocho años más que ahora) y los menos desarrollados 74, (13,4 más que ahora). Los 65 de ahora serán posiblemente los 74. No contemplo la ampliación de la vida sin límite. Habrá más centenarios, pero no somos inmortales

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