miércoles, 16 de mayo de 2012

PRENSA. "Indignados", por Rosa Montero

Rosa Montero

   En "El País":
Indignados

Rosa Montero 15 MAY 2012

   La gente ya no está indignada: está desesperada, desolada y angustiada ante el alud de desgracias que nos está cayendo encima cada día. Una muestra: en septiembre van a cerrar el primer hospital público que caerá víctima de la crisis. Es el 'Juan March', en Baleares: 104 camas para enfermos crónicos y cuidados paliativos. Los pacientes, en su mayoría ancianos, están aterrados. ¿Qué pasará con ellos? ¿Los mandarán a sus casas, a sufrir y quizá morir como perros en el conveniente silencio de su indefensión? Siendo viejos, pobres y enfermos, estoy segura de que no darán la lata. Quiero decir que no se manifestarán en Sol (por eso necesitamos que los del 15-M lo hagan).
   Anthony Lake, el director general de Unicef, dijo hace unos días en una entrevista que en las situaciones duras aumenta la empatía de las personas. Es cierto; está comprobado que la gente más pobre participa más en el voluntariado social, y suele haber más solidaridad en las colectividades con pocos recursos. Y esto es así porque la empatía mejora las posibilidades de supervivencia del grupo; digamos que es una respuesta innata e instintiva. Pero no es la única: los momentos duros también pueden fomentar la depredación y la pelea violenta. En España estamos atravesando una de las crisis más severas de nuestra historia, y habría que plantearse qué vía queremos escoger para intentar sobrevivir: la empatía o el enfrentamiento. O hacemos todos un esfuerzo de veracidad y colaboración o será aún más duro. Pero colaborar no es callar y aceptar cualquier cosa; al contrario, es intentar reflexionar sobre cuáles queremos que sean nuestras prioridades. Las mías, por ejemplo, son sanidad y educación. Ese es el debate que están intentando hacer los del 15-M, y no creo que ayude a la empatía social que los aporreen.

1 comentario:

Anónimo dijo...

<Trabajo en Joan March desde hace 26 años.Los que allí trabajamos luchamos porque no se cierre, pero no tanto por nuestros puestos de trabajo sino porque este pequeño hospital situado en la montaña, es nuestra vida. Algún enfermo dijo que tiene alma.lo sabemos los que allí trabajamos, pero sobre todo nuestros pacientes y familiares. Gracias por tus palabras