En "El País" (30 octubre 2014):
Blog de la biblioteca del IES "Maimónides" (Córdoba). TU BIBLIOTECA: TU CENTRO DE RECURSOS. A las aladas almas de las rosas/ del almendro de nata te requiero,/ que tenemos que hablar de muchas cosas,/ compañero del alma, compañero. MIGUEL HERNÁNDEZ
viernes, 31 de octubre de 2014
PRENSA CULTURAL. Chirbes y la literatura
En "El Día de Córdoba":
Chirbes lamenta que el oscuro paisaje de 'Crematorio' "no ha cambiado"
El escritor valenciano defiende en un encuentro en Eutopía con el productor Fernando Bovaira que "el arte es la capacidad de insinuar" y reivindica "la extrema libertad de la literatura"
ALFREDO ASENSI CÓRDOBA | ACTUALIZADO 22.10.2014
El paisaje (ético, humano, social, político, empresarial) que Rafael Chirbes dibuja en Crematorio, una de las grandes novelas españolas de las últimas décadas (convertida por Fernando Bovaira y Jorge Sánchez-Cabezudo en una de las mejores series de la historia de la televisión en España), "no ha cambiado". "Es lo mismo, lo que pasa es que ahora la gente ha puesto el foco sobre eso, mientras que hubo unos años en los que el foco no estaba ahí", añadió el valenciano, que considera que "el tiempo no mejora las cosas sino que las empeora" y que "el poder, cuanto más sabe, más asfixia". En las reflexiones de Chirbes, que ayer participó en la primera entrega del ciclo Conversaciones&Tweets de Eutopía, cala y aflora un prolongado lamento por el proceso de empobrecimiento ético y degeneración cívica que este país sufre.
La novela y la serie centraron un diálogo entre Chirbes y Bovaira antes de la proyección de los dos primeros capítulos. Como productor, Bovaira valoró que el escritor realizara semejante "retrato de la España que estábamos viviendo, que es algo que no se encuentra demasiado". La intención inicial era hacer una película pero las características de la novela aconsejaron como formato ideal una serie de ocho capítulos. El proceso de adaptación fue "complicado", reveló Bovaira, con momentos en los que a los responsables del proyecto les daba la sensación de que la serie estaba quedando "muy por debajo" de una novela que, observó Chirbes, "se sostiene en el puro lenguaje". "Quise hacer un libro muy literario para que no fuera un libro muy periodístico", apuntó el reciente ganador del Premio Nacional de Narrativa (con En la orilla), que huyó en Crematorio de los esquemas y las constantes más reconocibles de la novela policiaca porque hace tiempo que aprendió que "la vida no es resolver un misterio: es ir eligiendo día a día entre una cosa y otra". La "intuición" es un elemento fundamental para Chirbes, al que le costaba imaginar que Crematorio pudiera convertirse en un producto audiovisual basado en el mantenimiento de una trama y una tensión.
Pero ocurrió, a pesar de que, en palabras de Bovaira, "toda adaptación es una perversión". Y ocurrió gracias también a la implicación de Canal Plus, que estaba iniciando una línea de producción propia de ficciones. "Les encajó este proyecto y nos dieron medios y libertad creativa: si lo hubiese hecho la televisión generalista se habría desvinculado más del libro", afirmó el productor. Crematorio fue dirigida por el madrileño Jorge Sánchez-Cabezudo y protagonizada por José Sancho, Alicia Borrachero, Juana Acosta, Manuel Morón y Vicente Romero. Para Bovaira "es un milagro que se haya producido esta serie" en "un mercado tan pequeño" como el español.
"El arte es la capacidad de insinuar", deslizó Chirbes, que reivindica "la extrema libertad de la literatura" frente a la actitud plañidera de algunos escritores. "Todo lo que dices que te obliga es tu propia ambición o tu propia cobardía", aseveró el autor de Mimoun y La buena letra, que negó que tenga una mirada especialmente dura sobre la realidad. "Optimistas son los tontos", dijo, apoyado en las oscuridades de La Ilíada, La Odisea, las tragedias de Eurípides, Sófocles y Esquilo,La Celestina o Ana Karenina. La mirada lúcida es la escéptica, la que asume que la vida es contradicción.
Y frente a esto la misión del escritor debe ser "desmenuzar los mecanismos de la sociedad" para comprender (intentarlo, al menos) "cómo funciona la gran máquina del mundo". "La realidad es resbaladiza y pantanosa y lo que te salva te mata", añadió el autor antes de que Bovaira lamentara la escasa capacidad crítica del cine español, un cine "inane" que "no hace daño" y que "habla muy poco de lo que está pasando". "Los políticos", remató, "deberían estar más contentos del cine que hacemos".
La novela y la serie centraron un diálogo entre Chirbes y Bovaira antes de la proyección de los dos primeros capítulos. Como productor, Bovaira valoró que el escritor realizara semejante "retrato de la España que estábamos viviendo, que es algo que no se encuentra demasiado". La intención inicial era hacer una película pero las características de la novela aconsejaron como formato ideal una serie de ocho capítulos. El proceso de adaptación fue "complicado", reveló Bovaira, con momentos en los que a los responsables del proyecto les daba la sensación de que la serie estaba quedando "muy por debajo" de una novela que, observó Chirbes, "se sostiene en el puro lenguaje". "Quise hacer un libro muy literario para que no fuera un libro muy periodístico", apuntó el reciente ganador del Premio Nacional de Narrativa (con En la orilla), que huyó en Crematorio de los esquemas y las constantes más reconocibles de la novela policiaca porque hace tiempo que aprendió que "la vida no es resolver un misterio: es ir eligiendo día a día entre una cosa y otra". La "intuición" es un elemento fundamental para Chirbes, al que le costaba imaginar que Crematorio pudiera convertirse en un producto audiovisual basado en el mantenimiento de una trama y una tensión.
Pero ocurrió, a pesar de que, en palabras de Bovaira, "toda adaptación es una perversión". Y ocurrió gracias también a la implicación de Canal Plus, que estaba iniciando una línea de producción propia de ficciones. "Les encajó este proyecto y nos dieron medios y libertad creativa: si lo hubiese hecho la televisión generalista se habría desvinculado más del libro", afirmó el productor. Crematorio fue dirigida por el madrileño Jorge Sánchez-Cabezudo y protagonizada por José Sancho, Alicia Borrachero, Juana Acosta, Manuel Morón y Vicente Romero. Para Bovaira "es un milagro que se haya producido esta serie" en "un mercado tan pequeño" como el español.
"El arte es la capacidad de insinuar", deslizó Chirbes, que reivindica "la extrema libertad de la literatura" frente a la actitud plañidera de algunos escritores. "Todo lo que dices que te obliga es tu propia ambición o tu propia cobardía", aseveró el autor de Mimoun y La buena letra, que negó que tenga una mirada especialmente dura sobre la realidad. "Optimistas son los tontos", dijo, apoyado en las oscuridades de La Ilíada, La Odisea, las tragedias de Eurípides, Sófocles y Esquilo,La Celestina o Ana Karenina. La mirada lúcida es la escéptica, la que asume que la vida es contradicción.
Y frente a esto la misión del escritor debe ser "desmenuzar los mecanismos de la sociedad" para comprender (intentarlo, al menos) "cómo funciona la gran máquina del mundo". "La realidad es resbaladiza y pantanosa y lo que te salva te mata", añadió el autor antes de que Bovaira lamentara la escasa capacidad crítica del cine español, un cine "inane" que "no hace daño" y que "habla muy poco de lo que está pasando". "Los políticos", remató, "deberían estar más contentos del cine que hacemos".
PRENSA. "'Yo sé leer': vida y muerte en Guerrero". Juan Villoro
En "El País":

“Yo sé leer”: vida y muerte en Guerrero
En este territorio bipolar, el carnaval coexiste con el apocalipsis. El emporio turístico de Acapulco y la riqueza de los caciques contrasta con la pobreza de la mayoría, y el narcotráfico no es la principal causa de su deterioro

ENRIQUE FLORES
El pasado 17 de octubre el cadáver de Margarita Santizo fue velado en la calle Bucareli de la Ciudad de México, frente a la Secretaría de Gobernación. Así se cumplía la última voluntad de la difunta, que había buscado sin éxito a su hijo desaparecido. La escena sirve de alegoría para un país donde la política amenaza con transformarse en un rito funerario.
La espiral de violencia alcanzó un grado superior el 26 de septiembre con el asesinato de seis jóvenes y el secuestro posterior de 43 estudiantes normalistas en Ayotzinapa. Ese día me encontraba en la Universidad Autónoma Guerrero para dar una conferencia sobre José Revueltas. Mi anfitrión era un alto funcionario de la Universidad que en su juventud perteneció a la guerrilla de Lucio Cabañas. Hablamos del escritor comunista tantas veces encarcelado por sus ideas. Esto permitió que el académico repasara su propia trayectoria: “Lucio Cabañas me salvó la vida”, comentó con una peculiar mezcla de admiración y tristeza: “Me obligó a bajar de la sierra antes de que mataran a su gente: ‘No tienes aspecto de campesino’, me dijo: ‘Si te encuentran acá, no podrás decir que andabas sembrando; tienes que continuar la lucha donde vales más: el salón de clases”.
La exigencia del guerrillero significó la pérdida de una ilusión. Al mismo tiempo, el solitario camino de regreso a la vida civil permitió que un luchador social siguiera con vida.
La gran paradoja del Estado de Guerrero es que ser maestro también es un oficio de alto riesgo. Cabañas nació en un pueblo que refutaba su nombre (El Porvenir) y se dedicó a la enseñanza primaria. Muy pronto descubrió que era imposible educar a niños que no podían comer. Al igual que otro maestro, Genaro Vázquez, creó un movimiento para mejorar la vida de sus alumnos y se topó con la cerrazón oficial. Con el tiempo, quienes enseñaban a leer radicalizaron sus métodos de lucha.
La cultura de la letra ha sido un desafío en una zona que dirime discrepancias a balazos. En los años sesenta del siglo XX, dos terceras partes de los pobladores de Guerrero eran analfabetas. La Normal de Ayotzinapa surgió para mitigar ese rezago, pero no pudo ser ajena a males mayores: la desigualdad social, el poder de los caciques, la corrupción del gobierno local, la represión como única respuesta al descontento, la impunidad policiaca y la creciente injerencia del narcotráfico. Esas lacras no son ajenas a otras partes del país. La peculiaridad de Guerrero es que el oprobio ha sido continuamente impugnado por movimientos populares.
En México armado, libro fundamental para entender este conflicto, Laura Castellanos narra el tránsito de los maestros a la guerrilla. Genaro Vázquez fundó una Asociación Cívica que recibió el repudio de las autoridades y el mote despectivo de “Civicolocos”. Por su parte, Lucio Cabañas creó el Partido de los Pobres, pero no logró incidir en la política local. El Gobierno ofreció a los cabecillas dinero y puestos políticos (en Guerrero, suelen ser sinónimos). Los líderes rechazaron esa salida "negociada" y optaron por un camino sin retorno en la montaña.
La salvaje represión de la guerrilla se conoció con el redundante eufemismo de “guerra sucia”. Después de la muerte de Cabañas, hubo 173 desaparecidos. Castellanos cuenta la historia de la base aérea en Pie de la Cuesta, Acapulco, donde los aviones despegaban para arrojar disidentes al océano, inclemente recurso que también usarían las dictaduras de Chile y Argentina. En los años setenta, durante la presidencia de Luis Echeverría, México fue el país esquizoide que daba asilo a perseguidos políticos de Sudamérica y sepultaba a sus inconformes en altamar.
Hablábamos en Acapulco de José Revueltas y Lucio Cabañas cuando supimos que seis jóvenes habían sido asesinados en el municipio de Iguala. Esta noticia del infierno venía agravada por una certeza: el horror no era nuevo; llegaba de muy lejos. En Guerrero, la violencia ha sido sistemáticamente alimentada por las masacres cometidas por el ejército y grupos paramilitares. Luis Hernández Navarro, autor de un libro crucial sobre el tema (Hermanos en armas), señala que todos los movimientos insurgentes de la región han surgido después de matanzas (la de Iguala, en 1962, produjo el levantamiento de Genaro Vázquez; la de Atoyac en 1967, el de Lucio Cabañas; la de Aguas Blancas en 1995, el del Ejército Popular Revolucionario).
¿Cuál será el saldo de 2014? El narcotráfico ha ganado fuerza en la región con la presencia rotativa de los cárteles de La Familia, Nueva Generación, los Beltrán Leyva y Guerreros Unidos. Pero no es la principal causa del deterioro. En ese territorio bipolar, el carnaval coexiste con el apocalipsis. El emporio turístico de Acapulco y la riqueza de los caciques contrasta con la pobreza extrema de la mayoría de la población. La indignante desigualdad social justifica el descontento y explica que muchos no encuentren mejor destino que sembrar marihuana o matar a sueldo.
En 2011, el Partido de la Revolución Democrática llevó a la gubernatura a Ángel Aguirre, que había pertenecido al PRI y fungido como gobernador interino en 1999, sustituyendo a su jefe, Rubén Figueroa, responsable de la matanza de Aguas Blancas. Su elección fue un giro oportunista para sumar intereses políticos con el engañoso mensaje de una alternancia en el poder. Como los barcos que utilizan la insignia de Panamá, el PRD se ha convertido en una entidad que alquila su bandera. En la búsqueda del poder por el poder mismo, apoyó a un personaje que jamás combatiría la corrupción ni la injusticia. Al amparo de esa gestión, surgieron figuras dignas de Los Soprano, como el alcalde de Iguala, José Luis Abarca, también del PRD y hoy fugitivo. De manera inverosímil, la cúpula partidista respaldó a Aguirre después de la desaparición de los estudiantes. Sólo la presión social llevó a su renuncia, que en modo alguno mitiga el eclipse del “Partido del Sol”.
En la búsqueda de los normalistas desaparecidos se han encontrado fosas con otros muertos. De 2005 a la fecha han aparecido 38 criptas de ese tipo. Excavar la tierra en Guerrero es un inevitable acto forense.
Durante medio siglo, los abusos de las autoridades han sido repudiados por una población pobre pero politizada. La Escuela Normal representa un centro neurálgico de la discrepancia. Conviene recordar que en los años sesenta uno de sus activistas se llamaba Lucio Cabañas.
El 26 de septiembre hubo cuatro balaceras distintas y un solo blanco: los jóvenes. Con el apoyo del crimen organizado, el alcalde Abarca sembró el terror para amedrentar a los normalistas que se movilizaban para recordar a las víctimas de la matanza de Tlatelolco. Una vez desatado el mecanismo represivo, también fue acribillado un equipo de fútbol. ¿Su delito? Ser jóvenes; es decir, posibles rebeldes.
“Hay una tensión entre leer y la acción política”, escribe Ricardo Piglia. Interpretar el mundo puede llevar al deseo de transformarlo. En ocasiones, la letra, y la ortografía misma, son un gesto político que desafía un orden bárbaro: “Podríamos hablar de una lectura en situación de peligro. Son siempre situaciones de lectura extrema, fuera de lugar, en circunstancias de extravío, o donde acosa la amenaza de una destrucción. La lectura se opone a una vida hostil”, argumenta Piglia en El último lector.
El Che Guevara pasó su última noche en una escuela rural. Ya herido, contempló una frase en la pizarra y dijo a la maestra: “Le falta el acento”. La frase era “Yo sé leer”. Ya derrrotado, el guerrillero volvía a otra forma de corregir la realidad.
Hace años, maestros acorralados por el Gobierno decidieron tomar las armas en Guerrero. Lucio Cabañas decidió salvar a uno de los suyos para que volviera a la enseñanza, instrumento de lucha en un país sin ley.
43 futuros maestros han desaparecido. La dimensión del drama se cifra en una frase que se opone a la impunidad, el oprobio y la injusticia: “Yo sé leer”. El México de las armas teme a quienes enseñan a leer.
A ese país le falta el acento. Llegará el momento de ponérselo.
Juan Villoro es escritor. Acaba de publicar ¿Hay vida en la Tierra? (Anagrama).
PRENSA. "Los 'candados del amor', un símbolo nefasto". Xavier Ferrer
En "blogs.elpais":
Parece difícil encontrar un símbolo más nefasto para expresar el enamoramiento: no es un corazón que late, no es algo bello, aunque frágil, como lo es el amor real. No es una flor ni un lazo de seda. Es algo frío, duro y mecánico, que no permite la libertad del cambio de opción o del replanteamiento. Es, en definitiva, una cadena. Y aunque sea una cadena voluntaria (“¡vivan las cadenas!”), no por ello es menos cadena. El simbolismo es realmente desafortunado, y ya en la misma línea se podía optar por un par de esposas o un cinturón de castidad, herramienta medieval para el control de la sexualidad femenina que también destacaba por sus cerraduras y candados.
Los 'candados del amor', un símbolo nefasto
Por: EL PAÍS | 27 de octubre de 2014
Por XAVIER FERRER
Ha sido noticia en las últimas semanas que varios puentes de París amenazaban con provocar accidentes por derrumbes, al estar sometidos al peso de centenares o miles de candados que los enamorados adherían a sus barandillas. Concretamente, un panel de la barandilla del Pont des Arts de París sobrecargado con 700 kilos de acero, hierro y otras aleaciones amorosas de aluminio se desprendió, y afortunadamente no cayó sobre la cabeza de ningún turista de los que pasaban por debajo en las múltiples embarcaciones que navegan por el Sena. El Ayuntamiento de París ha propuesto a los visitantes que, en lugar de colocar un candado en el puente (escribiendo en él sus nombres o iniciales, cerrándolo y tirando la llave al río), se hagan una fotografía juntos y la cuelguen en una página web creada al efecto. Todo ello bajo el slogan "amor sin candados".
Esta moda de los "candados del amor" existe también en otras ciudades europeas, tales como Venecia, Roma, Amsterdam o Sevilla, habiendo provocado quejas de sus habitantes, que lo consideran una forma de degradación de su patrimonio arquitectónico. En Venecia, una campaña ha atado tarjetas en los puentes que, bajo el eslogan "unlock your love" ("desbloquea tu amor"), recuerdan a los visitantes que "poner candados en los puentes venecianos es un acto de vandalismo; tu amor no necesita cadenas. Venecia no necesita tu basura".
La educación emocional para el establecimiento de relaciones afectivas y de pareja enriquecedoras y respetuosas pasa por considerar al otro como sujeto libre, y por considerar la relación como basada en la libertad y la renovación permanente del deseo y del compromiso. Desde ese punto de vista, el amor no necesita candados, e incluso podríamos decir que un amor que precise candados no es realmente amor.
El candado, como la cerradura, provisto de su llave, es un símbolo de posesión y control. No se trata del compromiso y el deseo entre sujetos libres, sino de asegurar la posesión de un objeto, de una propiedad privada; y este es uno de los factores psicológicos que está en el fondo de muchas relaciones de pareja desgraciadas, de muchas rupturas traumáticas y de mucha violencia (especialmente de tipo machista). Cuando se atenta contra la propiedad, la agresión está justificada: “la maté porque era mía”.
Algunas modas pueden instaurarse y replicarse de modo peligrosamente irreflexivo. Determinadas formas de romanticismo "comercial" basadas en apropiarse del otro como un objeto, o en la glorificación del macho violento y agresivo (como sucede en varias novelas rosas para adolescentes de Federico Moccia, uno de los promotores del engendro del candado), no son solo un riesgo para la estructura de los puentes: son basura emocional que nos pone muy difícil las cosas a quienes intentamos educar en aspectos tales como la prevención de la violencia de pareja y atendemos a sus víctimas.
Xavier Ferrer es doctor en Psicología y director técnico de la Fundación Salud y Comunidad (FSC), que gestiona programas educativos para la prevención de las relaciones abusivas y de la violencia, así como centros ambulatorios y casas de acogida para víctimas de la violencia machista.
jueves, 30 de octubre de 2014
PRENSA. "La tradición que ahorca"
En "El País":
La tradición que ahorca
Han pasado 13 años desde la caída del régimen talibán, pero la violencia contra las afganas se repite en todos los ámbitos de sus vidas
Cuando la periodista Mònica Bernabé viajó por primera vez a Afganistán, en el verano del año 2000, se escandalizó tras comprobar el trato degradante al que eran sometidas las mujeres del país. Por entonces gobernaban los talibanes, y ella achacó a este régimen fundamentalista tales desgracias. Casi 13 años después, con los radicales fuera del poder, miles de millones de euros invertidos en ayuda humanitaria y cooperación al desarrollo, con un Gobierno, el de Hamid Karzai, instaurado con el beneplácito de occidente, y tras una larguísima intervención militar liderada por Estados Unidos, la reportera constata que aquellas restricciones que conoció en su día fueron puras anécdotas comparadas con el drama que viven hoy las afganas. "La violencia empieza en el seno de la familia y es endémica, independientemente de que los talibanes estén o no", describe Bernabé durante la presentación en Barcelona de Mujeres. Afganistán (Blume), un libro que denuncia la terrible situación de violencia estructural que sigue sufriendo este colectivo, que califica como "problema social generalizado".
La obra, realizada a cuatro manos entre Bernabé y el fotógrafo Gervasio Sánchez gracias al apoyo del Ayuntamiento de Barcelona y de la Asociación por los Derechos Humanos de Afganistán (ASDHA), de la que la periodista es fundadora y presidenta, es más que un libro de fotografía: se trata de toda una enciclopedia de la mujer en este país de Asia central. Durante seis años —entre 2008 y 2013—, los dos reporteros han diseccionado la sociedad femenina afgana para demostrar desde la intimidad de la casa, el hospital, el correccional o el gimnasio cómo es el día a día de estas mujeres.
Niñas que son dadas en matrimonio a señores que les cuadriplican la edad, chicas que se inmolan a lo bonzo porque ya no aguantan más los abusos en casa, otras que se intentan quitar la vida ingiriendo matarratas, muchachas con formación universitaria condenadas a renunciar a su carrera porque fueron obligadas a casarse con un marido al que no quieren, o fieles esposas que no se divorcian porque perderían la custodia de sus hijos. Estos son solo algunos de los ejemplos de la triste realidad imperante. "Los hombres, en general, y la mayoría de las mujeres son cómplices de situaciones que solo pueden describirse como violaciones flagrantes de todos los derechos humanos", asegura Gervasio Sánchez. "La impunidad generalizada y el peso de la tradición ahorcan sus vidas".
Ambos periodistas reconocen que, desde finales de 2001, cuando los talibanes salieron del poder, se han producido mejoras. Ahora las mujeres pueden estudiar, trabajar o acceder a la sanidad. Un 28% de los escaños están ocupados por ellas, y algunas son policías, militares o boxeadoras. La Constitución de 2004 garantizó la igualdad de derechos entre ambos sexos, y la ley de 2009 sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer convirtió este comportamiento en delito. Ya no son tratadas como botín de guerra ni azotadas en las calles, pero queda mucho trabajo por hacer. "El Gobierno de Karzai ha sido permisivo con las presiones de los sectores conservadores tanto suníes como chiíes", denuncia Sánchez. Y menciona la Ley Shia de 2009, que permite al marido retirar la manutención a su esposa si esta no obedece sus demandas sexuales, les otorga la custodia de los hijos a ellos o exige que ellas obtengan el permiso de sus esposos para trabajar. Igualmente, se refiere a un informe de 2012 de la ONG Human Rights Watch que asegura que los tribunales las envían a prisión por delitos dudosos. "Hay alrededor de 400 mujeres y niñas encarceladas por crímenes contra la moral", lamenta el fotógrafo. Crímenes que en demasiados casos consisten, simplemente, en oponerse a un matrimonio forzoso.
La elaboración del trabajo no fue sencilla. "Bajo el pretexto de que las mujeres no se dejan fotografiar según la cultura afgana, se esconde una realidad que pone los pelos de punta", relata Bernabé. Pese a esta dificultad añadida, los autores escogieron la fotografía como medio de denuncia porque ya existen muchos informes en papel. "Y en este contexto, una imagen vale más que mil palabras", sentencia la reportera, que también asegura que las principales trabas que han encontrado han sido la escasa colaboración de las asociaciones femeninas y los problemas de seguridad. Pese a ello, ambos se repartieron el trabajo. Bernabé, que ha sido corresponsal del periódico El Mundo desde 2007 hasta 2014 en este país, se encargó de identificar los problemas más sangrantes, buscar candidatas que se dejaran retratar o conseguir los permisos necesarios. Y lo más difícil: ganarse su confianza y convencerlas de lo necesario que resultaba dar eco de su situación.
Mujeres. Afganistán
BARCELONA
Inauguración de la exposición: 28 de octubre a las 19.30 horas en Palau Robert, Barcelona.
Presentación del libro: 30 de octubre a las 19.30 horas en Palau Robert, Barcelona.
Espacio de diálogo sobre la violencia contra las mujeres de Afganistán:
- 29 de octubre: mesa redonda (18.00) y conferencia de Azita Rafaat, ex parlamentaria y política afgana (19.30).
- 30 de octubre: conferencia de Sajia Behgam, activista afgana (18.00).
ZARAGOZA
Presentación del libro: lunes 3 de noviembre a las 19 horas en el Centro de Historias (plaza San Agustín, 2),
MADRID
Presentación del libro: martes 4 de noviembre a las 19 horas en el Círculo de Bella Artes (calle Alcalá, 42).
Rueda de prensa: martes 4 de noviembre a las 12 en la FAPE (Federación de Asociaciones de Prensa) en Maria de Molina, 50
VITORIA
Presentación del libro: jueves 6 de noviembre en Vitoria a las 19,30 en Artium (Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo (cale Francia, 24)
Gervasio Sánchez, por su parte, viajó al país esporádicamente para tomar las imágenes de las voluntarias. "Hemos tenido que esperar años (en el caso de las menores de los correccionales) para conseguir un puñado de horas suficientes que permitiesen realizar las fotografías". El resultado de esos seis años es un compendio de 200 estampas con sus correspondientes testimonios de adolescentes, jóvenes y mujeres maduras, la mayoría a cara descubierta, víctimas de situaciones extremas en un mundo de abusos permanentes: una mujer asesinada por adulterio, una secuencia de un crimen de honor, una niña que quiere casarse con su violador para no ser (aún más) estigmatizada, una adolescente de 14 años apaleada por su marido, una joven mutilada por abandonar el hogar conyugal... Y así, un rosario de horrores que, aunque parecen sacados de un cuento del medievo, "han ocurrido en los últimos cinco años en un país protegido por decenas de miles de soldados extranjeros y con centenares de proyectos controlados por organizaciones internacionales", denuncia Sánchez.
Y hay datos aún más aterradores: aunque el 85% tienen acceso al sistema sanitario, Médicos sin Fronteras asegura que la mayoría de los centros de salud son deficientes o no funcionan, y por ello cada año mueren 26.000 mujeres durante el embarazo y el parto, una de las cifras mas altas de mortalidad materna del mundo y que duplica el numero de civiles muertos durante el conflicto armado.
Precisamente, uno de los grandes problemas que persiste es que la cooperación se ha convertido "en un simple negocio", denuncia María Cilleros, coordinadora de ASDHA. El país, receptor de ayudas internacionales millonarias para su reconstrucción y promoción de los derechos humanos, es un caldo de cultivo de proyectos "incoherentes y sin sentido que tienen poco impacto en la población", asevera Cilleros. "Se quiere vender la imagen de que Afganistán está inmerso en un proceso de democratización y se financian proyectos en ese sentido. La realidad es que continúa siendo un país en conflicto que muchas veces requiere ayuda humanitaria y de emergencia".
Cambiar la vida de estas mujeres no se conseguirá este año, ni el que viene, ni en 10. "Hace falta que transcurran generaciones, de la misma manera que en Occidente los cambios sociales llevaron siglos", vaticina Bernabé, que desconfía del papel de la comunidad internacional como instauradora de la paz y del respeto a los derechos humanos. Sánchez, que se confiesa "exhausto" ante el dolor que ha vivido en el país, deposita su fe en las mismas mujeres que ha retratado y en todas aquellas que luchan por mejorar la sociedad. Y pide un deseo: "Ojalá algún día los ciudadanos de Afganistán consigan comprender que las mujeres son más que objetos de intercambio social, marital y sexual".
PRENSA. "Pero ¿existe de verdad el déficit de atención e hiperactividad?". José Antonio Marina
En "elconfidencial.com":

Allen Frances, autor de '¿Somos todos enfermos mentales? Manifiesto contra los abusos de la Psiquiatria'. (Donna Manning)
AA
El “déficit de atención e hiperactividad”, el TDAH, se ha convertido en un tema de gran relevancia social. El número de personas afectadas varía enormemente según las distintas estadísticas, lo que hace pensar que el diagnóstico no es homogéneo. Oscila entre el 1,9 y el 14,4% de la población en edad escolar. En Estados Unidos, la diferencia por estados va del 5,9 en Nevada al 11% en Kentucky. Hay una cierta alarma social que provocó que el Parlamento Europeo publicara un “libro blanco” sobre el tema, que la nueva ley de educación (LOMCE) lo mencione como uno de los problemas escolares a atender especialmente y que casi todas las naciones tengan sus protocolos de actuación.
El de España ha sido elaborado por especialistas del Hospital Sant Joan de Déu, de Barcelona. Señalan que no existe un marcador biológico de la enfermedad, aunque algunos estudios por neuroimagen la correlacionan con determinados cambios cerebrales, y hay evidencias de predisposiciones genéticas. Pero el diagnóstico tiene que hacerse a partir de las manifestaciones clínicas. Por eso, la entrevista con el niño es esencial, así como la información proporcionada por padres y docentes. Pueden utilizarse diferentes escalas para medir los síntomas, pero eso no puede sustituir la entrevista directa con el niño, hecha por un profesional con experiencia en TDAH.
Los especialistas del Sant Joan de Déu, después de evaluar las evidencias científicas de que disponemos, reconocen que no hay acuerdo en los criterios que se deben emplear para su diagnóstico, lo que explica las grandes diferencias geográficas y demográficas que oscilan entre el infradiagnóstico y sobrediagnóstico. Se observa, además, un aumento en el tratamiento farmacológico que preocupa a mucha gente.
Culpabilizan a padres, docentes, psicólogos y psiquiatras porque entre todos han convertido conductas simplemente molestas en problemas patológicos
Así las cosas, surge la sospecha de si estaremos patologizando conductas normales. Se empieza a hablar de disease mongering, de la promoción comercial de enfermedades. Esta semana he leído dos libros recién publicados que sostienen esta tesis. Uno de ellos se titula ¿Somos todos enfermos mentales? Manifiesto contra los abusos de la Psiquiatría (Ariel) y está escrito por Allen Frances. Este catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Durham critica la tendencia a convertir en enfermedades conductas que no lo son. Pone como ejemplo la nueva edición del DSM (Diagnostic and Statistical Manual), el libro de referencia para el diagnóstico de las enfermedades mentales. “La forma de atiborrarme de deliciosas gambas y costillas es, según el DSM-5, síndrome de comedor compulsivo.
El hecho de no recordar nombres y caras habría sido calificado como trastorno cognitivo menor”. La opinión de Frances es especialmente interesante porque presidió el grupo de trabajo que redactó el DMS IV, y participo en el DSM III, es decir, que conoce bien las interioridades de estas obras. Entre las conductas sobrediagnosticadas menciona dos que, como educador, me interesan mucho: el TDAH y el “trastorno bipolar infantil”, aplicación a la infancia de una enfermedad descrita hasta ahora sólo en adultos.

El segundo libro se titula Volviendo a la normalidad. La invención del TDAH y del trastorno bipolar infantil (Alianza), y está firmado por Fernando García de Vinuesa, Héctor González Pardo y Marino Pérez Álvarez. Los dos últimos son también autores de La invención de trastornos mentales, publicado en el 2007, donde defendían que muchos trastornos mentales no tienen causas físicas, sino contextuales, y que en muchos casos son construcciones sociales inventadas. Siguen la senda abierta hace unos años por Sami Timimi, que contó su modo de tratar el TDAH como un fenómeno de relación con el entorno social, y que ahora encabeza una campaña en contra de los criterios diagnósticos del DSM. El hecho de que la aparición del TDAH coincida con el comienzo de la escuela puede significar que esta podría resultar un entorno “patógeno” para ciertos niños, que en otras situaciones –por ejemplo, la vida en la naturaleza– serían absolutamente normales y eficientes.
En el caso del TDAH, los autores piensan que los criterios de diagnóstico son muy vagos, y no permiten en la mayoría de los casos distinguir entre comportamientos normales y patológicos. Acaban culpabilizando a padres, docentes, psicólogos y psiquiatras porque, entre todos, han convertido conductas simplemente molestas en problemas patológicos, y se ha buscado la medicación como una respuesta fácil a esa incomodidad.
Confusión ante las informaciones contradictorias
Sin embargo, hay que andarse con cuidado con la negación del TDAH, que ya se intentó en EEUU, lo que provocó que la American Medical Association (AMA) encargase un estudio cuya conclusión es que "el TDAH es uno de los trastornos mejor estudiados en medicina y los datos generales sobre su validez son más convincentes que en la mayoría de los trastornos mentales e incluso que en muchas otras enfermedades".
Por otra parte, acaba de aparecer un estudio realizado en 23 escuelas catalanas por el Servei de Psiquiatria del Hospital Universitari Vall d’Hebron, de Barcelona, del que resulta que entre un 18 y un 22% de alumnos presentan trastornos psicopatológicos y de aprendizaje. La consecuencia que sacan es que, si se trataran estos problemas a su debido tiempo, desaparecería el fracaso escolar en España. No podemos privar a nuestros niños y adolescentes de ayuda que puede resultar vital para su futuro.

Con estos datos, es comprensible que haya una situación de confusión. Creo que los docentes somos la conciencia educativa de la sociedad y que debemos reclamar de los expertos mayor precisión en este asunto. Los diagnósticos de TDAH se basan en parte en informes de padres y docentes, lo que hace necesario que todos sepamos lo que tenemos que observar. En los programas de la Universidad de Padres nos hemos tomado el asunto en serio. Nos parecen convincentes los argumentos de Mel Levine en Mentes diferentes, aprendizajes diferentes, defendiendo que antes de considerarlo una enfermedad se lo considere un modo distinto de aprender, y que antes de poner la etiqueta TDAH como si resumiera la personalidad del niño, se tengan también en cuenta las capacidades que ese niño puede tener.
La lista de adultos con TDAH que han triunfado en determinadas profesiones nos ayuda a situar mejor el problema. Hay, en efecto, un movimiento e interpretación constructiva de esas conductas, que no niega las dificultades, pero que tampoco olvida las fortalezas que tienen muchas de esas personas. Durante milenios, posiblemente, los hiperactivos fueron protagonistas de la evolución. En la UP distinguimos entre trastornos de la atención (que necesitan un cuidado médico) y problemas de la atención que reclaman una intervención pedagógica.
En la escuela debemos tratar sistemáticamente el desarrollo de la atención, la autogestión de las emociones, la capacidad de inhibir el estímulo y la facultad de planificarLa atención humana es un sistema de doble nivel. Hay una atención espontánea, automática, que está dirigida por los estímulos. Y hay una atención voluntaria, que es dirigida por los sistemas ejecutivos del cerebro, y que es necesario aprender. Mientras que las culturas orientales han valorado mucho este factor educativo, las occidentales lo hemos descuidado.
En este momento, gran parte de la educación del niño favorece la atención espontanea -por ejemplo con entornos muy divertidos y muy ricos en estimulaciones, con el fomento de multitareas- y trabaja poco las funciones ejecutivas, de autocontrol. El interés que ahora se ha despertado por el mindfulness, que no es más que un entrenamiento de la atención, intenta paliar esa carencia. En la escuela debemos tratar sistemáticamente el desarrollo de la atención, la autogestión de las emociones, la capacidad de inhibir el estímulo, la facultad de planificar, mediante la pedagogía por proyectos. Es decir, tenemos muchas herramientas que debemos integrar en el currículo normal para aumentar esas funciones ejecutivas. Son las que investigamos en la UP, y nos esforzamos por llevar a las escuelas. De hecho, el papel de padres y docentes en el tratamiento de casos diagnosticados de TDAH es insustituible. Es un campo investigador en plena ebullición.
Acaba de aparecer Neurología de la atención, las funciones ejecutivas y la memoria (Síntesis), de José Antonio Portellano Pérez y Javier García Alba. Insisten en la capacidad de recuperación de esas funciones cuando han sufrido algún daño, lo que deja la puerta abierta a educarlas, aunque no haya habido daño previo. Elkohnen Goldberg, gran especialista en estas funciones, señala que es posible que estemos fomentando su debilidad por una mala pedagogía.
Qué hacer ante la duda
Es verdad que hay patologías de la atención que conviene tratar cuanto antes, pero también es cierto que corremos el peligro de patologizar conductas normales. Les pondré un ejemplo. Russel Barkley, uno de los grandes expertos en este tema, escribe: “Cuanto más aburrida y poco reforzante es una actividad, más difícil se hace realizarla para estos niños, en comparación con los niños normales, que usan la motivación interna para realizar las tareas”. Es una afirmación un poco extraña, que convierte el TDAH en una falta de motivación intrínseca.
Con frecuencia los síntomas son transitorios: una reacción frente a la familia, los compañeros o el estrés del colegio
Allen Frances, de quien hablé al principio, mantiene una postura sensata. ”Para los niños que realmente la necesitan, la medicación estimulante es segura y eficaz, una auténtica bendición para ellos y para sus padres y profesores. Sin embargo, esta bonita historia tiene su lado negativo.
A los beneficios de algunos hay que restarles los graves perjuicios de otros. Gran parte del incremento de los casos de TDAH es el resultado de “falsos positivos” en niños a los que les iría mucho mejor sin ser diagnosticados”. “Los médicos también necesitan aprender que, contrariamente a lo que les ha enseñado la industria farmacéutica, la mejor manera de enfrentarse al TDAH es mediante un diagnóstico gradual, no “disparar primero y apuntar después”.
Hay que realizar un diagnóstico precoz y empezar rápidamente con la medicación únicamente cuando los síntomas sean muy graves, apremiantes y se manifiesten de la manera clásica. Si los síntomas son leves o equívocos (como suele ser el caso) es mejor esperar y observar con atención. Con frecuencia los síntomas son transitorios: una reacción frente a la familia, los compañeros o el estrés del colegio. A veces se trata solamente de que el niño es inmaduro”.
Concluye que es necesaria una campaña educativa dirigida a padres y a docentes. Sin embargo, necesitamos que esté dirigida por instituciones de gran rigor científico. En EEUU, se ha denunciado que las compañías farmacéuticas proporcionan a los docentes, que tienen un papel importante en la detección de estos problemas, información, cuestionarios específicos como el Conner teacher's rating scale, sitios web, líneas telefónicas específicas y gratuitas, que pueden estar sesgadas.
Mi consejo a padres y docentes es que no consulten Internet para estos complejos temas. Y mi petición a los verdaderos expertos es que establezcan lazos más estrechos con familias y escuelas para prevenir y tratar el TDAH o los fallos ejecutivos en general, sin patologizarlos precipitadamente. Eso es lo que intentamos en la UP.